jueves, 27 de octubre de 2011

Robert J. Fischer

El día de ayer un señor decía que Bobby había sido el mejor jugador de la historia. Yo creo que es muy difícil aseverar algo así, pero es probable que sea justo decir que entre Alekhine, Fischer y Kasparov ha estado uno de los mejores jugadores de la historia... y aun asi hay quienes tienen otros gustos. Lo que sí debe ser innegable es que los logros de Fischer (que nació el año 1943) son geniales. También, por cierto, en la página chessgames.com la partida del día fue una de él.
En realidad, la historia de la vida de Fischer dentro y fuera del tablero raya de lo admirable a lo ridículo, y de lo genial a lo patético. De forma muy resumida, Bobby aprendió a jugar ajedrez por los seis años, pero no fue hasta el 17 de enero de 1951 (curiosamente el 2008 esa misma fecha fallece) que obtiene algún contacto con el ajedrez formal, cuando se enfrenta en unas simultaneas a un maestro que le gana fácil, pero al mismo tiempo lo aceptan en el Brooklyn Chess Club, en Nueva York. Cinco años después (con 13 años de edad) ya logra ganarle a D. Byrne en una de las partidas más bellas jamás jugadas, a la que llamaron "la partida del siglo". 

Ese mismo año (1956) comienza a tener otro guía en el ajedrez, y a los 15 años obtiene el título de Gran Maestro. Un año antes él mismo había dicho que le podían haber dado título de GM en lugar de MI, cuando ganó el abierto de Estados Unidos de manera impresionante. Después de esto sigue obteniendo buenos resultados de manera intermitente y en 1962 es cuando sucede que en el torneo de candidatos (para obtener los candidatos a retar al campeón mundial) en Curaçao se topa con lo que el llamó el pacto ruso, jugadores rusos empatando y (según Fischer) hasta dejándose ganar. Parece que algo hubo de cierto.

Entonces el hombre se molestó tanto que declinó participar en el ciclo de candidatos, y de hecho duró casi tres años sin participar del ajedrez internacional (hasta 1965), sino tan sólo en el campeonato de Estados Unidos. Para terminar la historieta, Benko generosamente le entrega a Fischer su lugar (pues Fischer no participó en el campeonato de Estados Unidos y se quedó sin lugar) en la competencia de matches en 1971 . Comienza dejando 6-0 a Taimanov y a Larsen (resultado único en la historia), a Petrossian lo ejecuta con un resultado de 6.5-2.5. Fischer: "Nunca tuve la intención de disputar matches, ¡Sólo era partidario de jugar un match final!".  



Después, en 1972 Robert J. Fischer se enfrenta a Boris Spassky, para quitarle la corona de campeón mundial. Comenzando perdiendo (tontamente) la primer partida, la segunda no se presenta, pero termina ganando con un resultado de 12.5-8.5 (7 ganadas y 3 perdidas, 11 empates). Con eso se vuelve el XI campeón oficial del mundo, haciendo historia.
Poco después vuelve a hacer historia: Después de cumplir con la promesa que él mismo se encargó de difundir desde hacía muchos años, i.e. convertirse en campeón, decide no defender la corona ante A. Karpov para el año de 1975. 
Fischer hizo un melodrama para comenzar a jugar el match del sigo con Spassky. En su momento, en distintos torneos y encuentros, llegó a pedir guardias personales, cancha de tenis, piscina, reclamaba constantemente atenciones distintas de luz, condiciones sobre cámaras y espectadores, etc. Después de haber estado en contra del sistema totalitario ruso, al cual venció emblemáticamente, llegó a atacar abiertamente a Estados Unidos escupiendo un oficio de Estados Unidos en el que se prohibía hacer negocios en Yugoslavia (donde llegó a jugar de nuevo contra Spassky por un buen dinerito en 1992), así como haciendo unas declaraciones en favor de los actos terroristas del 11 de septiembre, años después. Estuvo vagando por el mundo con su esquizofrenia. Llegó a conocer los Polgar y Leko en su momento, por ej., fué detenido un tiempo en Japón y volvió a estar en Islandia donde le dieron asilo... Lamentable.

Las exigencias de Fischer y su carácter llegaron a ser legendarios. Extraigo aquí un fragmento de "Mis geniales predecesores" de Kasparov, que me causó mucha risa. Es un escrito que fue publicado en un diario en Estados Unidos, en 1972, poco antes de su match con Spassky:

Dentro de unas semanas, el presidente Nixon tendrá que tomar una de las decisiones más importantes de su mandato. Deberá decidir si realiza o no una llamada a Islandia, caso de que Bobby Fischer gane el campeonato mundial de ajedrez.
Durante años no ha habido un antihéroe como Bobby Fischer. Su conducta antes y durante la competición hizo que un lector del Washington Post escribiese: "Fischer es el único americano que puede conseguir que todo el mundo en los Estados Unidos apoye a los rusos".
Basándose en lo que Fischer ha estado haciendo en Islandia, la llamada del presidente podría ser así

- Hola, Bobby. Te habla el presidente Nixon. Sólo quería llamarte y darte la enhorabuena por tu victoria en Islandia.
- Sea breve, quiere. Estoy cansado.
- Este es un gran día para América, Bobby.
- Más grande es aún para mí. He ganado 150 000 dólares y les he enseñado a estos idiotas islandeses un par de cosas.
- Sabes, Bobby. Estuve a punto de formar parte del equipo de ajedrez en Whittier College.
- Impresionante.
- Pero al final, elegí el fútbol americano.
- ¿Por eso me ha llamado?
- No, espera un momento, Bobby. Siempre llamo a quien gana un campeonato para América. Me gustaría ofrecerte una cena de gala en la Casa Blanca cuando regreses.
- ¿Cuánto me pagará por ir?
- ¿Pagarte? No le pago a la gente por cenar en la Casa Blanca.
- Entonces, ¿qué me saco a cambio?
- Te mostraré mi despacho, la Corte Suprema, te presentaré a los líderes del Congreso y a cada jugador republicano rico del país. Llevaré a Guy Lombardo para que toque después de la cena. Es lo menos que puedo hacer por alguien que ha vencido al gran Spassky.
- Muy bien, iré. Pero mis condiciones son éstas: usted me envía el avión presidencial para que me recoja en Islandia, y se compromete personalmente a que me concedan una limusina, una suite de varias habitaciones, una pista privada de tenis, mi propia piscina y 10 agentes del servicio secreto, para que la prensa no me moleste.
- Creo que puedo acceder a eso, Bobby.
- Y nada de cámaras de televisión.
- ¿Ninguna cámara de televisión?
- Odio las cámaras de televisión. Me ponen frenético. Si veo una cámara durante la cena, me largo.
- No te preocupes, Bobby. No habrá cámaras de televisión.
- Y que nadie hable mientras estoy comiendo. No puedo comer mientras la gente se pone a hablar.
- Es muy difícil organizar una gran cena en la Casa Blanca y que nadie hable.
- Ese es su problema. Si oigo ruido de algún tipo, tendrá que buscarse usted otro campeón del mundo de ajedrez.
- Lo que digas, Bobby. Es tu cena.
- ¿A qué hora será el guateque?
- Pensaba que a las ocho.
- Estaré allí a las nueve. no me gusta estar por ahí esperando, y tener que darle darle charla a esos políticos estirados.
- Entiendo, Bobby.
- Y llevaré mi propia silla. No puedo comer, sentado en la silla de otra persona. Así que es mejor que lo sepa desde ahora. Tampoco me gustan las luces brillantes cuando como. Si las luces son demasiado brillantes, ni empiezo la comida.
- Nada de luces brillantes. Te entiendo, Bobby. Sólo quería añadir lo orgullosos que estamos todos de ti. Eres una fuente de inspiración para los jóvenes de América.
     El presidente colgó y llamó a Richard Helms de la CIA. "Dick. Te estoy enviando el avión presidencial para recoger a Bobby Fischer en Islandia. Hazme un favor. Una vez que esté a bordo, ¿puedes ocuparte de que sea secuestrado en Cuba?".

De algún modo recordé la película "Bastardos sin gloria"...

jueves, 20 de octubre de 2011

Libia

Muammar Gaddafi fué asesinado en Sirte, su ciudad natal (y por lo visto fatal).
Haciendo a un lado la felicitación de Obama a los Libios -así como la reiteración del apoyo de su país hacia ellos-, el apoyo de otras naciones, y los análisis de cual puede ser el panorama en Libia a corto y mediano plazo, hay algo que siento que  -como Tolstoi- no puedo callarme.
La cuestión es sobre rasgos muy humanos. Como una imagen vale más que mil palabras, pongo una sola para no extenderme demasiado.

En la imagen anterior vemos a un "soldado" de los rebeldes, donde comenzaron a disparar al cielo en señal de euforia. Claro, esto resulta lo menos trágico dado que de algún modo se alcanzó el objetivo... o algo parecido: ganarle a Gaddafi; y con ello tenemos que en realidad sí tienen qué celebrar.
Sin embargo, lo que a mí me llama la atención, es el modo mórbido en que aparentemente festejan algunos. Por ejemplo, el muchacho enseñando su pistolita dorada, los videos que parecen indicar que al pobre tipo (Gaddafi pues) lo llevaron arrastrando o en camioneta mostrándolo a la gente. Dicho claro, humillando al rival.

Y no es que el morbo sea algo nuevo. Recuerdo que mi hermanita tenía 6 años y al ver algo de terror (más precisamente "La hora marcada") se tapaba los ojos y pero al mismo tiempo abría los dedos para seguir viendo. Por cierto que las películas de terror o de sufrimiento en general están jugando con nuestro morbo innato, siempre (sea esto malintencionado o no por parte de los realizadores).

También, la humillación es algo innato, con lo cual estamos manifestando la neurosis (dirían los psicólocgos), sacando nuestras frustaciones, dando así un poco de tranquilidad a nuestras agitadas mentes. Constantemente veo la forma en que al terminar partidas de ajedrez los jugadores humillan al rival. Curiosamente, con mi carácter selectivo (extro-intra-vertido dependiendo), yo no hago gala de eso. Hace poco al jugar tales blitz toqué una pieza y diciendo "perdón" iba a mover otra pieza (costumbre al jugar blitz con otros), y el oponente se burló repitiendo mi expresión, para que moviera la que había tocado; como en el dar está el recibir, lo que único que hice es no dejarlo en paz, de modo que me ejecuté a ese "Champion"  (que por lo demás me respeta creo lo mismo que yo a todos) en la partida (quedamos 4.5 a 0.5 esa vez. En cualquier caso, como dijo alguien, el ajedrez es como la vida.

En suma, creo que toda esa inmundicia que vemos, libios celebrando la muerte de su exlider (más que haberlo derrocado), la probable humillación del otrora "Rey de reyes" de África antes de su ejecución -dicen que fue en un fuego cruzado-, etc., deberíamos sentirnos apenados, tal vez aún más que con lo que sucedió con Osama. Aclaro de nuevo que por mí está muy bien el derrocar regímenes autoritarios, prevenir y atacar las fuentes de terrorismo, pero no me deja de dar asco lo que he mencionado. Ya casi para terminar, algo paralelo: Considero que es igualmente lamentable el estado en que quedan las cosas con las guerras. De hecho en la foto anterior, el despojo de soldado que aparece me llamó menos la anterior que el estado de la sección de la cd. que se muestra, que de algún modo me recordó las imágenes de la película El Pianista.

Aquí mismo en América latina también tenemos líderes muy viles, como Castro, el talhugo Chávez (quien apoyaba inicialmente a Muammar en su lucha "antiyanqui" y de momento parece estar calladito), y ni hablar otros porque luego comienzan los fanatismos. Y sería deseable que la gente no fuera tan idiota para seguirles el rollo, pero de ahí a desearles algo tan ominoso, hay una gran distancia.

Di sí a la paz, y no a la guerra, como los hippies. Me acordé con todo esto que también salieron otras noticias, como que una pareja tuvo sexo en paracaídas, y que Felipe Calderón vuelve a aparecer parodiado en South Park. Puras cosas tontas o tristes.