En realidad, la historia de la vida de Fischer dentro y fuera del tablero raya de lo admirable a lo ridículo, y de lo genial a lo patético. De forma muy resumida, Bobby aprendió a jugar ajedrez por los seis años, pero no fue hasta el 17 de enero de 1951 (curiosamente el 2008 esa misma fecha fallece) que obtiene algún contacto con el ajedrez formal, cuando se enfrenta en unas simultaneas a un maestro que le gana fácil, pero al mismo tiempo lo aceptan en el Brooklyn Chess Club, en Nueva York. Cinco años después (con 13 años de edad) ya logra ganarle a D. Byrne en una de las partidas más bellas jamás jugadas, a la que llamaron "la partida del siglo".
Ese mismo año (1956) comienza a tener otro guía en el ajedrez, y a los 15 años obtiene el título de Gran Maestro. Un año antes él mismo había dicho que le podían haber dado título de GM en lugar de MI, cuando ganó el abierto de Estados Unidos de manera impresionante. Después de esto sigue obteniendo buenos resultados de manera intermitente y en 1962 es cuando sucede que en el torneo de candidatos (para obtener los candidatos a retar al campeón mundial) en Curaçao se topa con lo que el llamó el pacto ruso, jugadores rusos empatando y (según Fischer) hasta dejándose ganar. Parece que algo hubo de cierto.
Entonces el hombre se molestó tanto que declinó participar en el ciclo de candidatos, y de hecho duró casi tres años sin participar del ajedrez internacional (hasta 1965), sino tan sólo en el campeonato de Estados Unidos. Para terminar la historieta, Benko generosamente le entrega a Fischer su lugar (pues Fischer no participó en el campeonato de Estados Unidos y se quedó sin lugar) en la competencia de matches en 1971 . Comienza dejando 6-0 a Taimanov y a Larsen (resultado único en la historia), a Petrossian lo ejecuta con un resultado de 6.5-2.5. Fischer: "Nunca tuve la intención de disputar matches, ¡Sólo era partidario de jugar un match final!".
Después, en 1972 Robert J. Fischer se enfrenta a Boris Spassky, para quitarle la corona de campeón mundial. Comenzando perdiendo (tontamente) la primer partida, la segunda no se presenta, pero termina ganando con un resultado de 12.5-8.5 (7 ganadas y 3 perdidas, 11 empates). Con eso se vuelve el XI campeón oficial del mundo, haciendo historia.
Poco después vuelve a hacer historia: Después de cumplir con la promesa que él mismo se encargó de difundir desde hacía muchos años, i.e. convertirse en campeón, decide no defender la corona ante A. Karpov para el año de 1975.
Fischer hizo un melodrama para comenzar a jugar el match del sigo con Spassky. En su momento, en distintos torneos y encuentros, llegó a pedir guardias personales, cancha de tenis, piscina, reclamaba constantemente atenciones distintas de luz, condiciones sobre cámaras y espectadores, etc. Después de haber estado en contra del sistema totalitario ruso, al cual venció emblemáticamente, llegó a atacar abiertamente a Estados Unidos escupiendo un oficio de Estados Unidos en el que se prohibía hacer negocios en Yugoslavia (donde llegó a jugar de nuevo contra Spassky por un buen dinerito en 1992), así como haciendo unas declaraciones en favor de los actos terroristas del 11 de septiembre, años después. Estuvo vagando por el mundo con su esquizofrenia. Llegó a conocer los Polgar y Leko en su momento, por ej., fué detenido un tiempo en Japón y volvió a estar en Islandia donde le dieron asilo... Lamentable.
Las exigencias de Fischer y su carácter llegaron a ser legendarios. Extraigo aquí un fragmento de "Mis geniales predecesores" de Kasparov, que me causó mucha risa. Es un escrito que fue publicado en un diario en Estados Unidos, en 1972, poco antes de su match con Spassky:
Dentro de unas semanas, el presidente Nixon tendrá que tomar una de las decisiones más importantes de su mandato. Deberá decidir si realiza o no una llamada a Islandia, caso de que Bobby Fischer gane el campeonato mundial de ajedrez.
Durante años no ha habido un antihéroe como Bobby Fischer. Su conducta antes y durante la competición hizo que un lector del Washington Post escribiese: "Fischer es el único americano que puede conseguir que todo el mundo en los Estados Unidos apoye a los rusos".
Basándose en lo que Fischer ha estado haciendo en Islandia, la llamada del presidente podría ser así
- Hola, Bobby. Te habla el presidente Nixon. Sólo quería llamarte y darte la enhorabuena por tu victoria en Islandia.
- Sea breve, quiere. Estoy cansado.
- Este es un gran día para América, Bobby.
- Más grande es aún para mí. He ganado 150 000 dólares y les he enseñado a estos idiotas islandeses un par de cosas.
- Sabes, Bobby. Estuve a punto de formar parte del equipo de ajedrez en Whittier College.
- Impresionante.
- Pero al final, elegí el fútbol americano.
- ¿Por eso me ha llamado?
- No, espera un momento, Bobby. Siempre llamo a quien gana un campeonato para América. Me gustaría ofrecerte una cena de gala en la Casa Blanca cuando regreses.
- ¿Cuánto me pagará por ir?
- ¿Pagarte? No le pago a la gente por cenar en la Casa Blanca.
- Entonces, ¿qué me saco a cambio?
- Te mostraré mi despacho, la Corte Suprema, te presentaré a los líderes del Congreso y a cada jugador republicano rico del país. Llevaré a Guy Lombardo para que toque después de la cena. Es lo menos que puedo hacer por alguien que ha vencido al gran Spassky.
- Muy bien, iré. Pero mis condiciones son éstas: usted me envía el avión presidencial para que me recoja en Islandia, y se compromete personalmente a que me concedan una limusina, una suite de varias habitaciones, una pista privada de tenis, mi propia piscina y 10 agentes del servicio secreto, para que la prensa no me moleste.
- Creo que puedo acceder a eso, Bobby.
- Y nada de cámaras de televisión.
- ¿Ninguna cámara de televisión?
- Odio las cámaras de televisión. Me ponen frenético. Si veo una cámara durante la cena, me largo.
- No te preocupes, Bobby. No habrá cámaras de televisión.
- Y que nadie hable mientras estoy comiendo. No puedo comer mientras la gente se pone a hablar.
- Es muy difícil organizar una gran cena en la Casa Blanca y que nadie hable.
- Ese es su problema. Si oigo ruido de algún tipo, tendrá que buscarse usted otro campeón del mundo de ajedrez.
- Lo que digas, Bobby. Es tu cena.
- ¿A qué hora será el guateque?
- Pensaba que a las ocho.
- Estaré allí a las nueve. no me gusta estar por ahí esperando, y tener que darle darle charla a esos políticos estirados.
- Entiendo, Bobby.
- Y llevaré mi propia silla. No puedo comer, sentado en la silla de otra persona. Así que es mejor que lo sepa desde ahora. Tampoco me gustan las luces brillantes cuando como. Si las luces son demasiado brillantes, ni empiezo la comida.
- Nada de luces brillantes. Te entiendo, Bobby. Sólo quería añadir lo orgullosos que estamos todos de ti. Eres una fuente de inspiración para los jóvenes de América.
El presidente colgó y llamó a Richard Helms de la CIA. "Dick. Te estoy enviando el avión presidencial para recoger a Bobby Fischer en Islandia. Hazme un favor. Una vez que esté a bordo, ¿puedes ocuparte de que sea secuestrado en Cuba?".
De algún modo recordé la película "Bastardos sin gloria"...